Podría jurar que mi amor sigue intacto
Que podría clavarme un puñal y seguiría amándolo
Extraño su respiración en la nuca mientras me abraza por la espalda
Sus besos coordinados con los míos
El fuego de las mariposas en la panza
Extraño su olor que me agranda las pupilas
Cuando entre cierra los ojos y me mira con un pucho en la boca
Cuando me da su amor sin que se lo pida
Y cuando me cela al cielo y en la despedida
No sabré empezar de nuevo sin tu ego
No tendré la fortaleza ni las ganas
Será cuestión de esperarla a qué vuelva
La depresión que luego me acompaña
No queda nada más que la arena.
El mar me ruge sobre la oreja
Dice tu nombre y yo le lloro al viento
Y al universo que está vez me escuche
Que me sumerja en la profundidad del océano
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